Esta tarta es un antojo, si como lo estais leyendo y viendo, fue un antojo en mi tercer embarazo, además un antojo malo, porque estaba con dieta para controlar la diabetes gestacional, vamos que la hice y me la comí con unas ganas que no la pude olvidar. Su receta original de una revista de Thermomix y lleva menos azúcar, pero a mi me parecía poco dulce así que la modifiqué. Aun así no es nada empalagosa, por eso dejo a vuestra elección la cantidad de azúcar y leche condensada. Vais a tener que ir probando cada paso de la receta y haceosresponsables del sabor final, pero que seguro os gustará.
Ingredientes
1
kilo de fresas
250gr
de queso crema o Mascarpone
250gr
de nata para montar muy fría.
1
sobre de gelatina de fresa
Azúcar
Agua
Para
el bizcocho: (todo a temperatura ambiente)
120gr
de azúcar
4
huevos
120gr
de harina
1
pizca de sal
Preparación
Esta
tarta no va al horno, solo la plancha de bizcocho, así que vamos a
preparar el molde tipo plum cake (los alargados) forrándolo con film
transparente que luego nos ayudará a desmoldar, ya que la tarta la
montaremos boca abajo para que cuando le demos la vuelta se nos vea
bonita.
Por
otro lado, lavamos las fresas y les quitamos el rabo. Las más
bonitas e igualadas, las cortamos por la mitad longitudinalmente, la
cantidad necesaria para cubrir la base del molde (serán nuestra
decoración). El resto de fresas las picamos más pequeñitas, serán
los trozos que nos encontremos dentro de la tarta. Una vez cortadas
todas (las de decoración y las del interior, les vamos a poner el
azúcar, esto va en función de lo dulce que nos guste. En la receta
original no usaban azúcar pero yo le pondría unas 5-7 cucharadas
soperas de azúcar y las dejamos macerando una hora. Podemos añadir
unas gotas de limón o vinagre para que no se oxiden las fresas.
Con
esto vamos a conseguir que las fresas suelten el agua que tienen y
que usaremos para emborrachar el bizcocho.
Mientras
se maceran, vamos a preparar la gelatina, pongo un sobre, pero lo que
vamos a necesitar es lo justo para cubrir las fresas que van de
decoración, y seguimos las instrucciones de la gelatina. Cuando la
tengamos lista, colocamos las fresas en el molde con la cara bonita
para abajo y las cubrimos con la gelatina. Lo metemos en la nevera
hasta que se cuaje.
Precalentamos
el horno a 180ºC arriba y abajo.
Mientras
vamos a preparar nuestra plancha de bizcocho, para ello vamos a
batir, con varillas, el huevo con el azúcar hasta conseguir que
blanquee un poco y tengamos un poco de volumen. Se trata de montar
los huevos, no es lo mismo que las claras solas, pero también suben.
Si tenemos thermomix, con las mariposas 6min V3 40º y luego otros
6min V3 sin temperatura. Luego le añadimos la harina tamizada con la
sal y mezclamos con cuidado con la espátula.
Ponemos
papel vegetal en la bandeja del horno y extendemos la masa
uniformemente procurando que sea cuadrada y de 1cm de grosor (nos
tienen que salir 2 planchas del tamaño del molde de la tarta). La
metemos en el horno hasta que se empiece a dorar, unos 10-12 minutos.
Y luego dejamos enfriar.
Cuando
la gelatina esté cuajada, vamos a montar la tarta. Tenemos que
cortar el bizcocho a la medida del molde (2 planchas), ponemos las
fresas a escurrir reservando el almibar que ha soltado y hacemos la
crema interior.
Para
la crema vamos a montar la nata y añadir luego el queso. Mezclamos
suavemente. Si nos gusta más dulce, podemos poner un poco de leche
condensada y mezclar suavemente.
Y
procedemos a montar, encima de la gelatina ponemos una plancha de
bizcocho, la emborrachamos con la mitad del almíbar, le ponemos las
fresas cortadas y cubrimos con la crema. Le ponemos la otra plancha
de bizcocho y emborrachamos con el resto del almíbar.
Presionamos
para que las fresas se incorporen a la crema y metemos en la nevera.
También
podemos congelarla y servirla helada o reservar para otro momento.