Empezando a entrenar y receta del ruffled milk pie

Este verano ha sido poco relajado pero muy gratificante. Le estoy cogiendo el gusto a eso de entrenar.

Para empezar, me piqué con algunas madres de los niños de triatlón (mis niños hacen triatlón).

Todo empezó por hacer una prueba solidaria (I Travesia a nado en Zahara de la Sierra organizada por Proyecto Amore). Consistía en 500 metros a nado en un sitio emblemático para mi porque la asocio a la gran prueba deportiva que es el Titan, prueba en la que he tenido el honor de colaborar. También estaban las categorías de 1500 y 4000 metros impensables para mi.

Así que las mamis empezamos a entrenar antes de los entrenamientos en la playa de nuestros niños, una vez por semana. Pero nos fuimos emocionando e íbamos a entrenar más días aparte de los días de entreno de los niños.

Además de entrenar era terapia de playa, porque nadábamos y luego nos quedábamos en la playa de charla relajada bajo la sombrilla con un té moruno para recuperar y eliminar el sabor a mar.

Tanto es así que nos picamos que sobrepasábamos nuestra meta de 500 metros. Pero no decidimos cambiarnos de categoría (a por los 1500) hasta que no fuimos a tocar aguas dulces del pantano y hacer un entreno en el lugar donde se celebraba, que no es lo mismo nadar en agua salada que en agua dulce......

Todo fue genial, así que nos decidimos y el 30 de agosto nos fuimos a una prueba donde éramos primerizas, con mucha ilusión, con confianza porque sabíamos que podíamos, pero ni por esa nos dejamos de poner nerviositas.

Y así de contentas salimos las cuatro mamis: Hellen, Mª Carmen, yo (Noelia) y Mili

Pero el verano se acabó y los días de playa también, y con una sensación de querer mas, pero el frio del agua y las olas que van en aumento han hecho que deje de entrenar en la playa y la verdad es que no es lo mismo en la piscina, cuesta más hacer metros y sobre todo sin mis compis, así que a cambiar de disciplina, toca correr...

En estos entrenos  me está acompañando y achuchando para quedar Raquél, que sin ella no creo que saliese a correr, hoy mismo cansadas, con calor, con levante,... no ha sido el mejor de nuestros entrenos, pero hemos terminado con una sonrisa en la cara y una felicidad en el cuerpo. 

De momento nuestro objetivo es terminar la carrera de la mujer el 19 de octubre, tenemos poco tiempo y de momento vamos andando y corriendo unos 5 kilómetros, a ver si conseguimos hacer toda la carrera corriendo que son 3 km, aunque la verdad es que, para mí, lo importante es seguir entrenando, porque el objetivo final es mantener un poco en forma el cuerpo que las mamis nos descuidamos un poco cuando tenemos hijos y el ejercicio es salud.

Y como no, una receta, hoy dulce, la vi por el Facebook y tenía ganas de que hubiese un evento para hacerla y probar que tal sabía. Fácil aunque con una hora de horneado, pero con una presencia estupenda y muy buena y ligera.

RUFFLED MILK PIE (www.librosthermomix.es)

Ingredientes

1 paquete de pasta filo (Mercadona). Yo utilicé las que me entraron en un molde de 20 cm de diámetro y  con las restantes hice 4 flores individuales dentro de moldes para magdalenas, para cada una usé una lámina

Mantequilla para untar las láminas. Unos 80-90 gr que fundiremos en el microondas

400 gr de leche

4 huevos

175 gr de azúcar

1 rama de canela

Un trocito de cáscara de limón

1 cucharadita de esencia de vainilla

Azúcar glass y canela molida para espolvorear

  

Preparación

Precalentamos el horno a 180º arriba y abajo

Fundimos la mantequilla en el microondas hasta que esté líquida, con unos segundos basta.

Untamos un molde circular con mantequilla. El molde  NO debe ser desmontable; ya que si no, la crema se filtrará por las ranuras y saldrá. Yo use uno de 20 cm.

Extendemos una lámina de pasta filo sobre la encimera a trabajar y con un pincel de silicona untamos la lámina con la mantequilla derretida. Seguidamente vamos “arrugando” la lámina de pasta filo a lo largo, como si fuera un acordeón y ya en nuestro molde la vamos enrollamos sobre sí misma formando como una flor inicial (esta lámina será el centro de la tarta).

Seguimos con la misma técnica con el resto de las láminas, las untamos, las arrugamos y las vamos incorporando en el molde alrededor de la primera lámina central, hasta cubrir toda la base del molde. No hace falta arrugar con miedo de cualquier modo va a quedar genial.

Introducimos el molde en el horno durante media horita aproximadamente.

Mientras tanto, procedemos a realizar la crema de la tarta con la Thermomix… así de fácil!!!

Ponemos la leche a calentar con la rama de canela y la corteza de limón 5 minutos, temperatura 100º, velocidad 1. Reservamos.

Sin lavar el vaso introducimos los huevos y el azúcar y programamos 2 minutos a velocidad 4. Transcurrido el primer minuto empezamos a verter la leche por el bocal y dejamos que se integre hasta acabar el tiempo programado.

Cuando finalice el horneado de la pasta filo, sacamos el molde del horno y vertemos la crema de leche, delicadamente, sobre la tarta.

Volvemos a introducir el molde en el horno y dejamos que se hornee la tarta durante media hora más para que se cuaje la crema. Al sacarla del horno dejamos que se enfríe y espolvoreamos con azúcar glass y un toque de canela en polvo.

Dejamos atemperar un poco y con ayuda de una espátula sacamos la tarta para presentarla donde más nos guste. Veréis que buena esta; muy crujiente por arriba y cremosa por abajo. Una delicia para el paladar