Este plato me hace recordar los años de estudiante en la universidad. Era un plato típico para los domingos después de una marcha nocturna, y daba igual cuantos fuéramos, si había más se ponía más pasta y listo, así que es un plato socorrido, porque son ingredientes que se pueden tener en casa y lo mismo comen dos que siete.
La pasta no es necesario que sean espirales, aunque a mí me gusta esa combinación. Esta vez utilicé unas más grandes y de colores, pero van bien con las normales.
Cuando yo era pequeña la única pasta que conocíamos eran los macarrones con tomate, chorizo y huevo duro, y poco a poco nos hemos ido aficionando a comer pasta y a utilizar miles de ingredientes. La verdad es que me encanta la pasta y va con todo, sólo hay que tener imaginación y añadir los ingredientes que te gustan.
Espero que disfrutéis con la receta, que es facilita de hacer y recordéis viejos tiempos, como yo.
Ingredientes:
Pasta
de espirales unos 500gr para 4 personas, depende de lo que coman.
1
cebolla grande
1
paquete de bacon en lonchas
200ml
nata para cocinar
Quesos
al gusto (roquefort, rulo de cabra, quesitos, tranchetes,...)
Aceite,
sal, pimienta y nuez moscada
Preparación:
Ponemos
la pasta a cocer la pasta en agua y sal hirviendo. Mientras, en una
sarten ponemos un poco de aceite y pochamos la cebolla (que se ponga
transparente), la ayudamos poniendole un poco de sal. Cuando esté
hecha, añadimos el bacon en tiras finas y lo freimos.
Por
otro lado ponemos la nata y los quesos a hervir. Hay que tener
cuidado que con el queso nos puede salpicar la nata y quemarnos. Está
muy bueno la combinación de roquefort con tranchetes, aunque con
rulo de cabra, tranchetes y elemental también está genial. Le
ponemos también un poco de pimienta y nuez moscada.
Cuando
la pasta esté lista la echamos con la cebolla y mareamos un poco
para que coja sabor.
Servimos
la pasta y la salsa por separado, así cada cual se pone cuanto
quiere.
NOTA:
si se nos pone muy espesa la salsa, podemos añadir un poco de leche.
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